El síndrome de Usher tipo 1F (USH1F) es una enfermedad genética grave que causa sordera y pérdida del equilibrio desde el nacimiento, además de una degeneración progresiva de la visión con el tiempo. Esta condición es el resultado de una mutación en el gen que produce la proteína protocadherina-15 (PCDH15), esencial para el funcionamiento del oído interno y la retina. El patrón de transmisión de USH1F es autosómica recesivo. En el oído, esta proteína permite la detección del sonido y el mantenimiento del equilibrio, por lo que su ausencia provoca sordera profunda y dificultades para coordinar movimientos. En la retina, su deficiencia lleva a una enfermedad llamada retinosis pigmentaria, que comienza con ceguera nocturna en la adolescencia y avanza hacia una visión en túnel, terminando en ceguera total. Dado que las personas con USH1F dependen de la vista para compensar la pérdida auditiva y del equilibrio, la progresión de la ceguera impacta drásticamente su calidad de vida.
Durante años, los estudios han explorado el papel de PCDH15 en el oído y su relación con la sordera, pero su función en la retina sigue sin estar completamente clara. Modelos en ratones con USH1F han reproducido fielmente la pérdida auditiva y del equilibrio, pero no muestran una degeneración visual tan pronunciada como la de los humanos. Sin embargo, estudios en anfibios y primates han demostrado que PCDH15 es clave en la estructura de los fotorreceptores de la retina, lo que sugiere que su ausencia contribuye a la pérdida de visión en personas con USH1F.
Para tratar esta enfermedad, se ha desarrollado una terapia génica basada en el uso de vectores virales llamados «doble AAV». Esta estrategia consiste en dividir el gen necesario en dos fragmentos transportados por virus distintos, que al ingresar en la célula se recombinan para formar un gen funcional. Este método ha sido utilizado con éxito en la cóclea para tratar otras enfermedades genéticas relacionadas con la audición y ahora se está probando para tratar la degeneración de la retina.
En experimentos con modelos de ratón, células de retina humana y monos, esta terapia logró restaurar funciones auditivas y de equilibrio, además de mostrar una expresión correcta de la proteína en los fotorreceptores de la retina. Esto representa un avance significativo, ya que actualmente existen tratamientos como los implantes cocleares para la sordera, pero no hay opciones efectivas para la pérdida de equilibrio ni para frenar la ceguera en el USH1F.
En conclusión, la terapia de doble AAV se perfila como una opción prometedora para tratar la sordera, el deterioro del equilibrio y la ceguera progresiva en pacientes con USH1F. Aunque aún se requieren más estudios, estos hallazgos sientan las bases para futuras investigaciones y posibles tratamientos para esta enfermedad y otras condiciones relacionadas con la pérdida de visión y audición
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